El edificio
El Museo Etnográfico de Cantabria tiene su sede en una casona montañesa de finales del siglo XVII. En los años sesenta del pasado siglo fue restaurada por la entonces Diputación Provincial de Santander, siendo el arquitecto responsable Don Ángel Hernández Morales (Doctor Arquitecto y Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando). En 1985 el edificio, junto con el jardín circundante, fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico.
La casa tiene un tejado a cuatro aguas, sin más alero que la cornisa de piedra. La fachada principal, orientada al sur, presenta un soportal apoyado en una columna de molduras simples, y una habitación contigua en el saliente.
En la primera planta, a la que se abren cuatro ventanas, la fachada es de ladrillo visto con entablamentos de madera. En el interior se conserva parte de los tillados, techos y paredes de la vieja casa destacando la escalera. El tabique que la enmarca es espléndido ejemplo de maderas ensambladas y talladas con azuela, procedente de una casa de Ruiloba del siglo XVII
A la finca que rodea la casa se accede por una portalada de estilo montañés del siglo XVII. De líneas austeras, con arco de medio punto inscrito entre dos pilastras coronadas por un sencillo friso con cornisa, la obra se remata con un escudo de Velarde, sostenido por dos leones y timbrado por la celada de caballero.